El buen patrón: Javier Bardem es el empresario sin escrúpulos

Ser jefe puede resultar extremadamente difícil. Encontrar el equilibrio perfecto entre tener satisfechos a los empleados y sacar la máxima rentabilidad a la empresa no es tarea fácil. Mantener una adecuada comunicación con los empleados, transmitir confianza, dar ejemplo, empatizar con los trabajadores y, a la vez, fijar y cumplir los objetivos de la empresa son algunas de las características que debe reunir un buen líder. Para ello, en ocasiones, hay que tomar decisiones y está claro que nunca va a llover a gusto de todos. La película El buen patrón supone el reencuentro de Javier Bardem y el director Fernando León de Aranoa. Ya trabajaron juntos en la espléndida Los lunes al sol. El director vuelve con el buen patrón al cine de crítica y denuncia con un magnífico drama social vestido de ácida comedia.


El buen patrón

crítica El buen patrón

Julio Blanco es un carismático propietario de una empresa que fabrica balanzas industriales. Para él sus empleados son como los hijos que nunca tuvo y, la empresa, una familia. Eso dice. Cuando se entera de que aspira a la obtención de un premio local a la excelencia empresarial y, a la espera de la visita de la comisión que se la concederá o no, Blanco tendrá que tenerlo todo perfecto. Así, intentará resolver prácticamente a contrarreloj todos los problemas de sus empleados. Para ello, cruzará líneas impensables que acabarán desencadenando una explosiva sucesión de acontecimientos inesperados. Esta es la historia de un empresario sin escrúpulos capaz de casi cualquier cosa con tal de salvar su empresa y su prestigio.

REPARTO

Javier Bardem El buen patrón

Tras ver la cinta resulta difícil pensar en otro actor en el papel de Julio Blanco. Javier Bardem, uno de los actores más polifacéticos de nuestro cine, está magnífico y sostiene con gran aplomo el peso de la película. Soberbio y absolutamente convincente, Bardem nos regala en El buen patrón uno de sus trabajos más deslumbrantes realizando un trabajo impresionante. Rezuma carisma. Le acompañan Manolo Solo, Almudena Amor, Óscar De la Fuente y Fernando Albizu, entre otros. Todos los personajes junto a un sólido guión consiguen que esta comedia dramática se sostenga más que dignamente.

El buen patrón: análisis de la película

El desempleo forma parte, nos guste o no, de la realidad en la que vivimos. Los datos actuales son alarmantes. Y es que la situación actual de crisis derivada de la pandemia está dejando a muchas familias en manos de la caridad. Precariedad, elevado desempleo y bajos salarios que se extienden, además, entre los más jóvenes. En El buen patrón, Fernando León de Aranoa, quien ya retrató esta realidad en Los lunes al sol, vuelve a abordar este drama social pero ahora desde otra perspectiva, la del empresario, en una sátira que merece mucho la pena ver. Una vez más el cine nos ayuda a visibilizar un problema social.

Crítica El buen patrón

Este parece ser el lema de Julio Blanco en El buen patrón : «todo sea por la empresa». La cinta, estrenada en la Sección Oficial del Festival de San Sebastián, consigue parodiar algunas de las prácticas menos éticas de un sector del empresariado español. Los tejemanejes del protagonista abarcan desde esa perversa actitud paternalista hasta la corrupción y el soborno. Un empresario sin escrúpulos que será capaz prácticamente de todo, dejando la moral a un lado, por salvar la imagen de su empresa.

Fernando León de Aranoa, apoyado en Javier Bardem, nos hace reír (por no llorar) de ese empresario que se cree «hecho a sí mismo» cuando, en realidad, lo único que ha tenido que hacer es estar a tiempo en el notario para firmar la herencia de una empresa ya levantada por su padre. El buen patrón, con su metáfora de la balanza como símbolo del equilibrio y la justicia, rezuma ingenio y perspicacia y nos muestra a unos personajes tremendamente reconocibles. El resultado es absolutamente convincente.

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