La doble limpieza facial se ha convertido en el primer paso para mantener una piel sana y bonita. Seguro que habrás escuchado o leído millones de veces acerca de los efectos negativos que tiene irse a la cama con la cara maquillada. No vamos a descubrir nada nuevo. A estas alturas todo el mundo tiene claro que mantener una adecuada higiene facial es crucial para mantener una piel sana, suave y joven. La limpieza facial es un paso fundamental a la hora de prevenir el envejecimiento prematuro de la piel.
Vayamos, pues, un paso más allá. ¿Qué sucede cuando lo hacemos dos veces? ¿Será esto más agresivo para la piel?. No. Rotundamente no. Incorporar esta doble limpieza a nuestra rutina hará que, con el tiempo, notemos una mejora en la textura de la piel que, además, lucirá con mayor luminosidad. Sobre todo cuando ocultamos la piel durante muchas horas del día con una mascarilla, la piel no se oxigena adecuadamente y empieza a aparecer el temido acné.
¿Qué es la doble limpieza facial?
La doble limpieza facial es, como su propio nombre indica, limpiar doblemente la piel. Es doble, pero no por ello más agresiva. Al contrario, con esta doble limpieza conseguimos mejorar visiblemente el aspecto y la salud de nuestra piel. Si se realiza de forma regular podremos obtener una piel más fresca, luminosa y suave. Combinar, como veremos, dos tipos de productos nos permitirá, además, dejar la piel perfectamente preparada para aplicar nuestro tratamiento habitual y que este actúe de manera más eficiente.
¿Cómo realizar la doble limpieza facial?
1️⃣ En primer lugar emplearemos un limpiador cuya base sea el aceite. Este producto de textura oleosa es perfecto como primer paso de la rutina de limpieza porque elimina todos los residuos de la piel (maquillaje, exceso de sebo acumulado durante el día, restos del protector solar…) de forma suave. La base oleosa del producto penetra mejor en el poro. Además su textura es perfecta para aplicarnos el limpiador con un masaje (que activará la microcirculación) pues se deslizará de forma muy fácil entre nuestras manos.
La mejor manera de aplicar este producto es con la piel seca y directamente con nuestras manos, masajeado de manera suave. Por dos razones, por un lado estaremos ahorrando producto y, por otro, el limpiador se calentará en nuestras manos aumentando su eficacia y aportándonos mayor sensación de confort.
Actualmente existen en el mercado infinidad de productos limpiadores de este tipo, tan solo hemos de fijarnos en la composición. En El Antequirófano iremos recomendando los que más nos gustan.
2️⃣ Tras aclarar con agua (preferiblemente caliente o tibia) el primer limpiador, quitamos el exceso de agua y aplicamos el segundo producto. En este caso emplearemos un limpiador cuya base sea el agua. Este producto de textura acuosa tipo agua micelar, gel o mousse suave, nos ayudará a terminar de eliminar todas las impurezas y células muertas. Aquí es importante elegir uno que se adapte a las características y necesidades de nuestra piel.
Lo ideal es aplicarlo también con las manos. Si tienes por costumbre emplear algún tipo de dispositivo electrónico de limpieza facial este sería el mejor momento para usarlo. Posteriormente se aclara con abundante agua y se seca presionando suavemente la piel, con pequeños toquecitos, con una toalla limpia. También de estos productos disponemos en gran cantidad en el mercado. Además, existen de diferentes precios (no los más caros han de ser precisamente los mejores).
El último paso para preparar tu piel
Por último, después de la doble limpieza se recomienda emplear un tónico que nos ayudará a cerrar el poro y que va a ayudar a dejar nuestra piel perfectamente preparada para absorber el tratamiento que utilicemos habitualmente: sérum, mascarillas, cremas hidratantes, etc. Una excelente manera de aplicar el tónico es emplear un spray para después distribuir el producto por toda la cara con suaves toquecitos con los dedos.
¿Cuándo hacer la doble limpieza facial?
¿Es mejor por la mañana o quizá por la noche? Pues bien, lo ideal es realizarla dos veces al día, por la mañana y por la noche. Pero si no tienes tiempo, de la que no debes prescindir es de la de la noche. Y esto es así porque el pico de máxima regeneración de la piel, el momento en que la piel lleva a cabo el proceso de renovación más intenso, tiene lugar durante la noche, concretamente en el momento de sueño más profundo. Es en este momento cuando aumentan el colágeno y la elastina, se eliminan toxinas, radicales libres y se repara el daño celular. Por ello se insiste tanto en la importancia de un adecuado descanso para mantener una piel bonita y joven. Así pues, si solo tienes un momento para limpiar y preparar tu piel, que sea antes de acostarte.
Resumen
✅ Primero emplea el limpiador de base oleosa sobre la piel seca.
✅ Continúa con el limpiador de base acuosa esta vez sobre la piel húmeda. Aclara con abundante agua y seca con cuidado la piel.
✅ Emplea un tónico y, a partir de ahí, ya puedes empezar con tu tratamiento habitual. Es decir, primero la doble limpieza y después el tratamiento: sérum, hidratante, crema…
✅ La doble limpieza facial NO es más agresiva que tratar la piel con un único producto. Al contrario, tiene muchos beneficios.
✅ La frecuencia ideal es dos veces al día pero, si te resulta imposible o te da mucha pereza, la más importante es la de la noche.
✅ Recuerda siempre emplear aquellos cosméticos adecuados a tu tipo de piel. Lo que a una persona le funciona a otra le puede perjudicar. Si tienes dudas, consulta a un especialista.
✅ Recuerda que la constancia es crucial para obtener unos buenos resultados. De nada sirve que te emplees a fondo un día si el resto te acuestas con la cara sucia. Por mucha pereza que tengas intenta ser constante, hazlo por ti. Una piel sana también es salud.
Deja un comentario
Te estaría muy agradecida si pudieras valorar este artículo y compartirlo en tus redes sociales. De esta manera me animas a continuar trabajando para poder seguir escribiendo y ayudando.

Si te ha resultado útil, comparte…
También nos puedes seguir …