El Diccionario de la lengua española define la palabra médium como aquella «persona que, supuestamente, es capaz de contactar con el espíritu de un fallecido». La posibilidad de ejercer como mediador entre el mundo de los espíritus y el de los vivos ha despertado un interés en el ser humano. Esta doctrina, cuyo principio consiste en la creencia de la inmortalidad del alma, ha tenido, lógicamente, su representación en el cine. Ver el Más Allá, tener visiones así como contactar con espíritus son temas que han dado mucho juego en el cine. Películas como Poltergeist (1982), Ghost (1990), Premonición (2000), Mas allá de la vida (2010) y Luces rojas (2012) han retratado, desde distintos géneros, este interesante dilema. A esta lista se suma ahora El callejón de las almas perdidas (Nightmare Alley), dirigida por Guillermo del Toro.
El callejón de las almas perdidas: intriga que rezuma elegancia

El callejón de las almas perdidas es un remake de la versión de Edmund Goulding, más breve y concisa y mucho menos violenta, estrenada en 1947 fruto, a su vez, de la adaptación de la novela de William Lindsay Gresham publicada en 1946.
Stanton Carlisle (Bradley Cooper) es un buscavidas ambicioso que arrastra un pasado oscuro y que acaba pidiendo empleo a Clem Hoately (Willem Dafoe), el mandamás sin escrúpulos de una feria ambulante. Con un talento innato para engañar y manipular a la gente, Stanton pronto entablará contacto con Zeena Krumbein (Toni Collette), una médium que trabaja en la feria. Cuando se enamora de Molly (Rooney Mara) decide independizarse con ella para montar su propio espectáculo. Pronto conocerá Lilith Ritter (Cate Blanchet), una mujer profundamente misteriosa.
Guillermo del Toro mezcla el noir con el drama, lo clásico con lo barroco, obteniendo como resultado una obra atemporal que brilla por su estética. Una ambiciosa puesta en escena que mezcla la magia y el misterio con tintes de tragedia y fatalidad. Un impecable retrato de la estafa más burda de la que no está exenta ninguna clase social. Una historia de mentiras y verdades, de avaricia y traiciones que ahonda en las necesidades y el existencialismo humano.
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Una película con unos personajes femeninos fuertes y bien definidos
Los tres personajes femeninos de la cinta gozan de una excelente definición. Las mujeres, fuertes, constituyen el eje central de la cinta y son capaces de enfrentar, con mucha elegancia, las vicisitudes de la vida. Mujeres que, dentro de un campo dominado por los hombres, se muestran como iguales. Todo ello, sumado al excelente diseño de producción, dirección y fotografía, convierten a El callejón de las almas perdidas en una obra envolvente y oscura, bella y humana, con una dimensión psicológica digna de ver. Guillermo del Toro sorprende de nuevo con una portentosa cinta que, sin duda, hará las delicias de los amantes del «noir». Una auténtica fábula moral oscura y perversa. En definitiva, una buena historia, bien relatada y con una excelente ambientación.

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