El método Williams: la capacidad de proyectar confianza

El método Williams película por la que, por fin, Will Smith (Pensilvania, 1968) acabó ganando el Óscar a mejor actor. Ya nominado previamente en dos ocasiones (Ali, 2002 y The Pursuit of Happyness, 2007). El personaje al que da vida el actor es amable y representa, en cierta medida, el sueño americano. El método Williams contó con seis nominaciones en los premios Óscar.

La cinta aborda la vida de Richard Williams, padre y primer entrenador de Venus y Serena Williams, las famosas tenistas. Dirigida por Reinaldo Marcus Green, El método Williams (King Richard, 2021) es un drama deportivo. Un viaje a través de la trayectoria de las hermanas Williams, que se centra en la relación de la familia, narrada a través de los ojos de su padre quien siempre les inspiró autoconfianza y perseverancia.


Crítica: El método Williams

El Método Williams

El mensaje de la película está claro: perseverancia e inconformismo como eje principal de este biopic sobre Richard Williams, un padre que nunca se rindió. Y es que adversidades hubo y muchas. Para empezar, la familia no contaba con gran holgura económica y vivía en una zona conflictiva donde la mayoría de jóvenes acababan ingresando en bandas o cayendo en las drogas. Desde el principio, tal como se cuenta en la película, Williams tuvo claro que este no iba a ser el destino de sus hijas. Las seis hermanas fueron educadas fuera de las calles con un padre que estuvo siempre muy presente. Un padre capaz de defender a sus hijas contra viento y marea.

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Perseverancia y constancia contra la discriminación racial y la desigualdad de oportunidades

Para criar a dos de las atletas más extraordinarias de todos los tiempos Williams tuvo claro desde el principio que necesitaba constancia, disciplina y perseverancia. Esto, y métodos poco convencionales. Nunca tuvo reparos (o eso se cuenta en la película) para acudir una y otra vez en busca de un entrenador para sus hijas obteniendo siempre un rotundo NO como respuesta. Pero el protagonista, también con sus miedos e inseguridades, cae y vuelve a levantarse como nadie.

Obstinado e impertérrito, da la impresión de que siempre tuvo claro que su «plan» funcionaría y que, finalmente, dos de sus hijas alcanzaría la fama mundial. Richard nunca perdió de vista que estaban entrando en un terreno en el que no se les esperaba pues, aunque algunos tenistas negros habían comenzado a abrir camino, el tenis seguía siendo considerado por muchos un deporte de blancos. Esto, queda claro, pero en ningún momento condiciona al protagonista.

El poder de la familia

La cinta, correcta en todo momento y dotada de buen ritmo, aborda el deporte desde una nueva perspectiva, la del apoyo familiar sin el que, quizá, estas dos estrellas nunca hubieran alcanzado el éxito. Conmovedora en algunos momentos y con un Will Smith más que convincente en ese papel de padre incansable, aleccionador y dispuesto a renunciar a todo con tal de que sus hijas tengan el futuro que él no pudo tener. Además, la película pone, esta vez, su mirada sobre el deporte femenino, tan abandonado en otras cintas con las que la industria del cine a abordado el deporte.

Las auténticas hermanas Venus y Serena Williams, también productoras ejecutivas del largometraje han ayudado también a redimir a su padre de la imagen que en el pasado tuvo de hombre obsesionado con hacer dinero a costa de sus hijas sin importarle su felicidad. No. El método Williams muestra a un padre desesperado por lanzar al estrellato a sus hijas pues es conocedor de su don innato para el deporte. Un hombre que siempre estuvo allí para animarlas, alentarlas y que creyó en ellas desde el principio. Un hombre con un plan y con un objetivo: alejar a sus hijas de la marginalidad que, desgraciadamente, él tuvo que vivir.

En resumen, El método Williams es una más que recomendable película. Una historia de superación y positivismo que te dejará un muy buen sabor de boca.


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